Dar fruto (reproducción espiritual):
Creemos que Dios nos compró e invirtió en nosotros para que produzcamos fruto para Él (Jn.15:16, 2Co.5:15; 2Pe.1:8)
1) Devoción por Dios (1Jn.4:19, Ap.2:4, Mt.22:37, Hch. 4:13, 1Jn.1:6)
2) Santidad y madurez (carácter) (Ga.5:22, 1Co.13, Jn.14:15, 1Ts.4:3)
3) Buenas obras (liderazgo, influencia en la sociedad) (Mt.5:14 -16, Ef.2:10, Ro.13:4, Col.3:16-23)
4) Evangelismo y discipulado (“ir y haced discípulos”) (Mt.28:19, 20; Hch.1:8, Mr.16:15)
5) Edificar al cuerpo de Cristo (“Jn.21:15-17; 1Co.12, 1Co.14:4,12,19, 26; Ro.12:4-8, Ga.6:10)
1) Devoción por Dios (1Jn.4:19, Ap.2:4, Mt.22:37, Hch. 4:13, 1Jn.1:6)
2) Santidad y madurez (carácter) (Ga.5:22, 1Co.13, Jn.14:15, 1Ts.4:3)
3) Buenas obras (liderazgo, influencia en la sociedad) (Mt.5:14 -16, Ef.2:10, Ro.13:4, Col.3:16-23)
4) Evangelismo y discipulado (“ir y haced discípulos”) (Mt.28:19, 20; Hch.1:8, Mr.16:15)
5) Edificar al cuerpo de Cristo (“Jn.21:15-17; 1Co.12, 1Co.14:4,12,19, 26; Ro.12:4-8, Ga.6:10)
Sin embargo, así como el árbol tiene que crecer y madurar para poder producir fruto, y así como el cuerpo humano tiene que madurar físicamente antes de que pueda reproducirse físicamente, creemos que la madurez espiritual es esencial para ver este fruto que Dios espera de nosotros… y es ese liderazgo espiritual el que buscamos desarrollar en el creyente.
Ser iglesia:
Creemos que más que “ir a la iglesia” la responsabilidad de cada creyente es “el ser iglesia”. La iglesia no es un lugar a donde uno asiste, sino es una “membresía” que se vive, con sus privilegios y responsabilidades. La mentalidad de “ir a la iglesia” genera un actitud consumista de “voy a recibir”, mientras “el ser iglesia” genera una mentalidad “voy a recibir y pero también a dar”, “voy a poner mi don, mi ministerio, al servicio de los hermanos”.
Congregaciones Pequeñas:
Seguimos el principio de que el pastor debe conocer a sus ovejas y las ovejas al pastor (Jn.10.14) si esto no sucede, el creyente solo “asiste a la iglesia” pero no es verdaderamente pastoreado ni discipulado. Por eso el verdadero discipulado y pastorado solo se puede realizar en congregaciones pequeñas no mayores de 120 personas–que es la congregación mas grande registrada en el nuevo testamento (Hch.1:15). Mientras que están en boga las “mega-iglesias” nosotros apostaremos a las iglesias pequeñas. Estas, a diferencia de las células y grupos en hogares, cuentan con un líder que se responsabiliza por el pastoreo, el discipulado y el bienestar espiritual de los congregantes.
Sin complejidades:
Creemos que la formación de iglesias no debe ahogarse ni bloquearse con complicaciones inventadas por el hombre. Los elementos básicos que dan vida a una iglesia son claramente visibles en la Biblia:
1) Una comunidad de creyentes –“donde dos o más se reúnen en mi nombre” (Mt.18:20)
2) Que se reúnen periódicamente y relacionan para compartir, amarse, animarse y edificarse en la fe. (Hch.2:42)
3) Bajo un liderazgo que cumple las calificaciones mencionadas en la Biblia (1Ti.3:1-12 y Tit.1:5-9, Hch.20:28; 6:2-4)
Si los cristianos primitivos se reunían en catacumbas, el edificio no debería ser un obstáculo para la formación de iglesias (congregaciones). Por lo tanto creemos que el edificio, el equipo de alabanza, bocinas, son componentes “accesorios”. La Biblia enseña un modelo fácilmente replicable sin obstáculos innecesarios.
1) Una comunidad de creyentes –“donde dos o más se reúnen en mi nombre” (Mt.18:20)
2) Que se reúnen periódicamente y relacionan para compartir, amarse, animarse y edificarse en la fe. (Hch.2:42)
3) Bajo un liderazgo que cumple las calificaciones mencionadas en la Biblia (1Ti.3:1-12 y Tit.1:5-9, Hch.20:28; 6:2-4)
Si los cristianos primitivos se reunían en catacumbas, el edificio no debería ser un obstáculo para la formación de iglesias (congregaciones). Por lo tanto creemos que el edificio, el equipo de alabanza, bocinas, son componentes “accesorios”. La Biblia enseña un modelo fácilmente replicable sin obstáculos innecesarios.
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